"Deambulo por las calles de esta ciudad, a extrañas horas de la noche, como es costumbre en mí; buscando un no sé qué, un nuevo aire que respirar, tratando de saciar algo que llevo dentro, algo que siempre tuve.
Soy el último en irme y el primero en llegar.
Sólo la impasible e incansable soledad pondrá el lobo a dormir una vez más".
El vigilante canadiense / Santiago de Chile.