"Me cuenta cosas. Dice que los espíritus no existen. Que sólo están ellos, desde siempre, que viven aquí, donde se alimentan de la pena y dolor ajenos, de la angustia de los que vienen a llorar a sus muertos; los que ya no están más y nunca estuvieron aquí. Me dice que a veces, por capricho y hambre, eligen a los más débiles y los acompañan a sus casas, donde toman forma y crecen con el sufrimiento diario. Nunca se van, haciendo de su presencia una tortura en vida de la que siguen alimentándose hasta acabar con todos".
La niña del paraguas / Cementerio General, Santiago de Chile.
Edición de 3 | Víctor Santamaría.